domingo, 24 de enero de 2016

LA ALIMENTACIÓN Y LA DIABETES

LA ALIMENTACIÓN.

Dos puertas que pueden llevarte a tu destrucción o a una larga vida libre de problemas.


      Hay un dicho muy cierto que todos conocemos y eses es: SOMOS LO QUE COMEMOS.  Esta frase es muy sencilla, pero a la vez tan pesada que ha logrado herir a muchas personas en su ego, lo que si debemos analizar es la importancia de lo que consumimos en nuestro régimen alimenticio.
Por experiencia propia era muy desorganizado para comer, puesto que no me  fijaba que tanto iba a repercutir en mi organismo y cuando vi los resultados de mis análisis fue demasiado tarde; Me encantaba comer de todo y sin saber iba cavando lentamente mi tumba. Mi alimentación se basaba en todo lo que no debería consumir en grandes cantidades, por ejemplo el consumo de harinas, carnes, grasas y sobre todo azúcar en exceso era cosa de todos los días. Mi dicho era este: Yo tengo un trato con las verduras, no me las como a ellas y ellas no me comen a mí. Gracioso al inicio, pero después de unos años subí 20 kilos; debido a mis actividades laborales no podía hacer ejercicio y vigilar una dieta, no tenía tiempo, así que lo dejaba para después y comía lo más sencillo de cocinar y comprar, hoy en día me doy cuenta de la importancia de una dieta balanceada y lo perjudicial que es comer alimentos que elevan los niveles de glucosa en la sangre y el colesterol alto. He dedicado una gran parte de mi tiempo a checar cual es una alimentación balanceada e ideal para mí y llevarla a cabo de una manera estricta, no hay juegos o permisos de comer otra cosa por un largo tiempo, porque mi vida está en juego. Algunos tal vez piensen que es una exageración de mi parte, no es así, he conocido a bastantes personas que se lamentan no haber sido estrictos consigo mismos, el día de hoy tienen prótesis como consecuencia de haber sido amputados, otros ya no tienen buen funcionamiento cerebral gracias a los comas diabéticos que han sufrido y otros tienen  problemas en el páncreas y riñones. Muchos de ellos antes que sufrieran estas lamentables situaciones se jactaban abiertamente que habían tenido 170 ó 200 de glucosa en la sangre en ayunas y que no les afectaba en nada, comentaban que los doctores exageraban en los cuidados y que solo nos tenían así tan limitados en el comer y con chequeos continuos, era solo  para sacarnos dinero. Hoy se  lamentan haber tenido esas ideas.
Es por eso que no hay que aumentar el porcentaje de riesgo de sufrir  un daño irreversible. A mí me costó mucho trabajo gozar de la nueva alimentación porque no me interesaban las verduras  y actualmente  me gustan, al quitarme la azúcar refinada fue un suplicio para mí porque dependía mucho de ella, cuando la elimine y consumí los sabores naturales, estos me parecieron insípidos, sin sabor, pero después de unos meses descubrí  que la comida y bebidas tienen nuevos sabores y más deliciosos, especialmente el agua de fruta.

Te voy a confesar algo; cuando comencé el nuevo régimen alimenticio creía que iba ser un tormento para toda la vida y al cabo de dos semanas después  me di cuenta que no era así, la comida tenía mejor sabor  y experimente nuevas recetas que fueron como una terapia para mí mientras cocinaba, hasta me sentía un chef de alta cocina, la verdad es divertido probar nuevos sabores y recetas saludables, puesto que no es como lo imaginamos al inicio de enfermedad. Al quitar condimentos excesivos, carbohidratos  y endulzantes que nos causan daño, descubrimos  deliciosos sabores que estaban ocultos en la comida natural y abren nuevas puertas en nuestra alimentación.

Es por eso que te lo digo por experiencia propia: No es tan mala esta enfermedad si te sabes cuidar y te quitas los viejos hábitos alimenticios que te llevaron a esta situación, dale la oportunidad a lo que te va dar una vida con calidad.


Bueno eso es todo lo que tengo que decir de este tema, me despido y te deseo larga salud.