LA ALIMENTACIÓN.
Dos puertas que pueden llevarte a tu destrucción o a una larga vida libre de problemas.
Hay un dicho muy cierto que todos conocemos y eses es: SOMOS
LO QUE COMEMOS. Esta frase es muy
sencilla, pero a la vez tan pesada que ha logrado herir a muchas personas en su
ego, lo que si debemos analizar es la importancia de lo que consumimos en
nuestro régimen alimenticio.
Por experiencia propia era muy desorganizado para
comer, puesto que no me fijaba que tanto
iba a repercutir en mi organismo y cuando vi los resultados de mis análisis fue
demasiado tarde; Me encantaba comer de todo y sin saber iba cavando lentamente mi
tumba. Mi alimentación se basaba en todo lo que no debería consumir en grandes
cantidades, por ejemplo el consumo de harinas, carnes, grasas y
sobre todo azúcar en exceso era cosa de todos los días. Mi dicho era este: Yo tengo un
trato con las verduras, no me las como a ellas y ellas no me comen a mí.
Gracioso al inicio, pero después de unos años subí 20 kilos; debido a mis
actividades laborales no podía hacer ejercicio y vigilar una dieta, no tenía
tiempo, así que lo dejaba para después y comía lo más sencillo de cocinar y
comprar, hoy en día me doy cuenta de la importancia de una dieta balanceada y
lo perjudicial que es comer alimentos que elevan los niveles de glucosa en la
sangre y el colesterol alto. He dedicado una gran parte de mi tiempo a checar
cual es una alimentación balanceada e ideal para mí y llevarla a cabo de una
manera estricta, no hay juegos o permisos de comer otra cosa por un largo
tiempo, porque mi vida está en juego. Algunos tal vez piensen que es una exageración
de mi parte, no es así, he conocido a bastantes personas que se lamentan no haber
sido estrictos consigo mismos, el día de hoy tienen prótesis como consecuencia
de haber sido amputados, otros ya no tienen buen funcionamiento cerebral
gracias a los comas diabéticos que han sufrido y otros tienen problemas en el páncreas y riñones. Muchos de
ellos antes que sufrieran estas lamentables situaciones se jactaban abiertamente
que habían tenido 170 ó 200 de glucosa en la sangre en ayunas y que no les
afectaba en nada, comentaban que los doctores exageraban en los cuidados y que solo
nos tenían así tan limitados en el comer y con chequeos continuos, era solo para sacarnos dinero. Hoy se lamentan haber tenido esas ideas.
Es por eso que no hay que aumentar el porcentaje de riesgo
de sufrir un daño irreversible. A mí me costó
mucho trabajo gozar de la nueva alimentación porque no me interesaban las
verduras y actualmente me gustan, al quitarme la azúcar refinada fue
un suplicio para mí porque dependía mucho de ella, cuando la elimine y consumí los
sabores naturales, estos me parecieron insípidos, sin sabor, pero después de
unos meses descubrí que la comida y
bebidas tienen nuevos sabores y más deliciosos, especialmente el agua de fruta.
Te voy a confesar algo; cuando comencé el nuevo régimen alimenticio
creía que iba ser un tormento para toda la vida y al cabo de dos semanas después
me di cuenta que no era así, la comida
tenía mejor sabor y experimente nuevas
recetas que fueron como una terapia para mí mientras cocinaba, hasta me sentía
un chef de alta cocina, la verdad es divertido probar nuevos sabores y recetas
saludables, puesto que no es como lo imaginamos al inicio de enfermedad. Al
quitar condimentos excesivos, carbohidratos
y endulzantes que nos causan daño, descubrimos deliciosos sabores que estaban ocultos en la comida natural y
abren nuevas puertas en nuestra alimentación.
Es por eso que te lo digo por experiencia propia: No es
tan mala esta enfermedad si te sabes cuidar y te quitas los viejos hábitos alimenticios
que te llevaron a esta situación, dale la oportunidad a lo que te va dar una vida
con calidad.
Bueno eso es todo lo que tengo que decir de este tema, me
despido y te deseo larga salud.